La noche del 27 de agosto de 2025, el Estadio GNP se convirtió en el epicentro de la música latina, donde Shakira ofreció un espectáculo inolvidable titulado «Las mujeres ya no lloran». Con un aforo de 65 mil personas, la cantante colombiana no solo deleitó a sus seguidores con sus grandes éxitos, sino que también celebró el empoderamiento femenino y la resiliencia a través de su música.
**Un Viaje Musical a Través de la Trayectoria de Shakira**
Desde el inicio del concierto, Shakira mostró su maestría en el escenario. A las 21:45 horas, la artista hizo su entrada triunfal, desatando una ola de aplausos y gritos de emoción. Con una sonrisa que reflejaba su alegría, comenzó con «La fuerte», una canción que resonó profundamente entre sus fanáticos. La energía del público era palpable, con pulseras brillantes que se iluminaban al ritmo de la música, creando un espectáculo visual impresionante.
A medida que avanzaba la noche, Shakira interpretó una mezcla de sus clásicos y nuevos temas. «GIRL LIKE ME», en colaboración con Black Eyed Peas, fue uno de los momentos destacados, donde la artista incorporó un coro latino que hizo vibrar a la audiencia. La euforia continuó con «Las de la intuición», que fue mezclada con «Estoy aquí», evocando recuerdos de una era dorada de la música de Shakira.
La cantante no escatimó en emociones, y durante su actuación, se dirigió al público con palabras que resonaron en los corazones de todos: «Buenas noches Ciudad de México, ya estoy aquí en mi casa, que lindo es volver a estar aquí en nuestra segunda vuelta de ‘Las Mujeres ya no lloran’ en este país que amo tanto». Esta conexión con su audiencia fue un hilo conductor a lo largo de la velada, haciendo que cada asistente se sintiera parte de un momento único.
**Momentos Emotivos y Sorpresas en el Escenario**
Uno de los momentos más conmovedores de la noche fue la interpretación de «Acróstico», acompañada de un video donde sus hijos, Sasha y Milan, cantaban. Este emotivo tributo tocó las fibras más sensibles del público, provocando lágrimas y risas a la vez. La conexión familiar de Shakira se hizo evidente, mostrando su lado más vulnerable y humano.
La sorpresa de la noche llegó con la aparición de Danna, una joven artista que compartió el escenario con Shakira. La química entre ambas fue innegable, y el público estalló en vítores al ver a estas dos generaciones de talento unirse en una interpretación vibrante. Este momento no solo celebró la música, sino también la unión entre artistas de diferentes edades y estilos.
A medida que el concierto se acercaba a su clímax, Shakira ofreció un medley que incluyó «Ciega sordomuda» y «Sombras», esta última interpretada junto al Mariachi 2000. La fusión de ritmos y estilos fue un testimonio de la versatilidad de la artista, quien ha sabido adaptarse y evolucionar a lo largo de su carrera. La noche culminó con un explosivo final que incluyó sus éxitos más icónicos como «Hips Don’t Lie» y «Waka Waka», dejando a todos los presentes con ganas de más.
El espectáculo no solo fue un despliegue de talento musical, sino también una celebración del empoderamiento femenino. Shakira, con su mensaje de amor propio y resiliencia, se convirtió en un símbolo de fuerza para sus seguidores. La frase «la vida tiene formas de confortarte y esta es una de ellas» resonó en el corazón de muchos, recordando que, a pesar de las adversidades, siempre hay espacio para la alegría y la celebración.
La noche en el Estadio GNP fue más que un simple concierto; fue una experiencia colectiva que unió a personas de todas las edades y orígenes en torno a la música y el mensaje de empoderamiento. Shakira, con su carisma y talento, demostró una vez más por qué es considerada una de las grandes figuras de la música latina, dejando una huella imborrable en el corazón de sus fans. Con un espectáculo lleno de emociones, nostalgia y sorpresas, la artista colombiana reafirmó su lugar en la historia de la música, y sus seguidores ya esperan con ansias su próximo regreso.
